¿POR QUÉ Y CUÁNDO HAY QUE CONTROLAR EL ACCESO DE PERSONAS PARA PREVENIR EL CONTAGIO DE COVID-19?
Se va extendiendo poco a poco el control sanitario de acceso de las personas a ciertas instalaciones: temperatura corporal, porcentaje de saturación de oxígeno en sangre, cuestionario o declaración sanitaria, test rápidos, comprobación de que la persona dispone de todos los elementos de protección que le son necesarios. En numerosas empresas, sus órganos de prevención lo han hecho obligatorio para todo trabajador. Unos dicen que es excesivo, otros que no sirve para nada y otros que es imprescindible. ¿Quién y por qué tiene la razón?
Sabemos que este virus salta de persona a persona, con una gran facilidad, cuando una persona infectada contagia a otra u otras personas. Cuando una persona infectada respira, habla, canta, estornuda o tose exhala gotículas que contienen carga vírica y que pueden permanecer viable en el lugar durante varias horas o más. Si durante ese tiempo pasa otra persona por aquella zona sin protección, puede infectarse. Pero si en aquel lugar todo el mundo viste mascarilla de suficiente protección, el riesgo de contagio se reduce de forma contundente.
¿Qué sentido tiene realizar el control de acceso si todo el mundo lleva mascarilla?
Dicen, además, los que son contrarios que, con un 20-30% de asintomáticos que tienen la enfermedad, pero que es indetectable, no sirve para nada. Bueno, filtrar al 70-80% de sintomáticos, no está nada mal.
Otros dicen que supone un control inaceptable sobre las personas y que vulnera la intimidad. En realidad, no se pretende controlar a ninguna persona, en todo se trata de controlar al virus y de que este no dañe a nadie más y, sobre todo, ayudar a quien pueda estar enfermo, lo antes posible. Como en toda enfermedad de consecuencias graves, cuanto antes se detecte, más probabilidades tiene el paciente de salvarse.
Otros dicen que una persona puede tener fiebre y no ser por la Covid-19. Y es cierto. Por eso, cuando hay no pasa el corte de temperatura debe ser atendido por personal sanitario, para determinar la posible causa de esa anomalía. Pero eso no invalida la idoneidad de la prueba.
Lo que si es evidente es que para un servicio que recibimos en dos o tres minutos y para el que todos vamos con mascarilla, por ejemplo, comprar un periódico o el pan, no es necesario el control de acceso descrito anteriormente.
Pero si se trata de acceder a un lugar donde las personas van a estar varias horas, por ejemplo, una jornada completa de trabajo, y en ciertas zonas sin mascarilla, es imprescindible que controlemos que el virus no invada aquella instalación, por no tener ningún control en su acceso. Si lo dejamos pasar, el contagio puede ser masivo. Si es una empresa, puede verse abocada a un cierre temporal por quedarse sin personal. Y si es de servicios, en la que los clientes están presentes para recibirlo y se contagia un buen grupo de ellos, la empresa puede verse sumida en una crisis de reputación, que es posible que no pueda levantar y se vea obligada a cerrar. Si no hay control, todas las personas que acudan al lugar tendrán posiblemente miedo y no estarán con tranquilidad.
¿Dónde está el término medio?
En el ámbito de la prevención, no existe el concepto del “término medio”. Se estudian a fondo los peligros existentes, su severidad y su probabilidad y se evalúan todos los riesgos que hay que gestionar. Y se determina el conjunto de medidas de prevención que son necesarias para mitigar los riesgos, de manera que queden reducidos casi al 100%. Por lo tanto, no es planteamiento de términos medios, sino de máximos.
Si en el interior de un local, se realiza una prevención de contagio de Covid-19 adecuada, es necesario complementarlo con un control de accesos que impidan o minimicen la entrada de carga vírica en el local, que estropee la buena labor realizada en el interior.
Un sistema de prevención de Covid-19 combina distintos elementos de protección, la mascarilla y otros elementos, con comportamientos demandables a las personas y con medidas de prevención que se aplican a las instalaciones. En según qué circunstancia, el sistema pedirá que se aplique control de acceso y en otras no.
Pero para que sea eficaz y completo, ha de tener en cuenta la actividad que realiza en cada empresa y las circunstancias en las que se realiza. Habrá que contemplar un cierto control de accesos cuando se combinen algunos de los siguientes factores:
- Si la actividad que se realiza obliga a que las personas se quiten la mascarilla, como por ejemplo un restaurante.
- Si el tiempo que todas las personas van a estar en el lugar es de horas o de días, como por ejemplo un hotel o cualquier empresa en la que los trabajadores estarán una jornada completa.
- Cuando se trate de un lugar donde las personas tengan que estar sin distancia social.
- Un lugar en el haya un tráfico alto de personas.
- Un lugar que no esté hiperventilado.
- Lugar donde acudan personas de alta vulnerabilidad.
- Lugar al que acudan personas con mayor probabilidad de ser portadores de carga vírica.
Y se trata de poder realizar la actividad correspondiente con normalidad y con seguridad sanitaria, para que todo el mundo esté allí con tranquilidad.
Es el sistema de prevención el que debe determinar, en base a la situación y combinación de todos los parámetros anteriores, todas las medidas de prevención a adoptar y si, entre ellas, es necesario aplicar un control de acceso a las instalaciones. Puede darse el caso de que el control sea diferente, en función de lo que tenga que hacer cada persona en el lugar.
La experiencia en diversos aeropuertos de todo el mundo, tanto en los que se ha aplicado un control de acceso, como en los que no es bastante elocuente.
¿Qué porcentaje de contagios habríamos evitado de haber aplicado controles de acceso adecuados a los lugares de mayor riesgo? Un porcentaje mayoritario.