239 CIENTÍFICOS MUNDIALES CORRIGEN A LA OMS SIN ÉXITO

COVID-19: LA OMS NOS SIGUE LLEVANDO AL ERROR. AUNQUE ES DIFÍCIL, HAY SOLUCIÓN

Open letter to the Who on Covid-19

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sto va de mal en peor. Resulta que el 4 de julio, 239 científicos de todo el mundo han tenido que recordarle a la OMS que la vía aérea, con los aerosoles, es la segunda causa de contagio en importancia de SARS-CoV-2 y que, en lugares cerrados, la distancia social no es suficiente, ya que los aerosoles pueden viajar hasta más de 9 metros. Y ello para que la OMS cambie el protocolo que recomiendan y diseminen el uso de mascarilla autofiltrante (respirator) como el primer medio de protección personal, para toda la población. Pues los técnicos de la OMS se pusieron en sus trece y dijeron que no, poniendo en evidencia su ignorancia culpable en prevención. El día 9, vista la difusión a nivel mundial, empezaron a aceptar que es posible que sí, pero que se necesitaban más investigaciones y, lo que es más importante, siguieron sin modificar sus recomendaciones.

En prevención, como en gestión de la calidad, se identifican las causas de los efectos que quieres eliminar o mitigar y modificas y controlas los procesos que los producen, para que esas causas no se den. En prevención, se identifican los peligros como causas, se analiza la severidad de sus efectos y la probabilidad de su ocurrencia. Cuando el efecto es letal para las personas, con una cierta probabilidad, hay que adoptar medidas preventivas que mitiguen lo máximo posible el riesgo, empezando por los peligros más graves y siguiendo por los de menor gravedad. En prevención no se requiere que en el 100% de los casos se produzca el efecto, que en este caso es el contagio. Pues eso es lo que parece ser que está pidiendo la OMS, para dar su brazo a torcer.

En el caso de la Covid-19, es evidente que hay que adoptar medidas preventivas sobreabundantes, priorizadas, personalizadas y dinámicas en función de la variación de las cargas víricas y de los mecanismos de disipación, de manera que cuando el conjunto está en marcha, consigue una mitigación casi total. Esto que suena algo complejo e inalcanzable, es realmente simple cuando es abordado por técnicos en prevención.

Pues de todo esto, la OMS, nada de nada.

Lo grave es que la CDC (USA), la ECDC (europea), la IATA de transporte aéreo, la EASA (agencia europea de la seguridad aérea), ciertos gobiernos, los ministerios de Sanidad, de Consumo y de Turismo, AENA y otros aeropuertos europeos, nuestro ICTE, nuestro ITH, etc., etc., todos ellos siguen las recomendaciones de la OMS. Ninguno de ellos está haciendo, ni proponiendo hacer una buena gestión de prevención. A lo sumo, se dedican esfuerzos para que los sistemas sanitarios no se colapsen, lo cual es necesario, pero no suficiente.

Ahí están los resultados: rebrotes por doquier, que van a ir extendiéndose y que, ante la inacción, pueden llevarnos a otro confinamiento generalizado. Esta última semana, las reservas en hoteles y apartamentos en las zonas donde comenzábamos a conseguir números optimistas, han vuelto a hundirse. El pueblo, en esto, es sabio y en esas condiciones, no viajará en avión “ni muerto”. Por el camino actual acabaremos muertos o por el Covid-19 o por la economía.

¿HAY SOLUCIÓN PARA TODO ESTO?

Rotundamente, SÍ, aplicando una prevención profesional específica. Desde finales de abril de este año, desde Valuegensys.es venimos promoviendo una solución integral que se va extendiendo como una mancha de aceite, aunque más lentamente de lo que nos gustaría, y que sintetizamos en este artículo.

El objetivo está equivocado desde el principio, por insuficiente. Claro que lo primero es salvar vidas y evitar que se colapse el sistema sanitario. Pero para conseguir esto, lo primero es perseguir y conseguir que no se produzcan contagios y, por lo tanto, que no se produzcan rebrotes y, por lo tanto, que no haga falta toda la capacidad del sistema sanitario.

La medida de confinamiento generalizado, para impedir el contagio, es también insuficiente. Paramos el virus, pero también la economía, con lo que si no morimos por enfermedad, lo haremos por inanición.

El objetivo es, y siempre debería haber sido, impedir el contagio y poder desarrollar todas las actividades económicas y sociales con normalidad, fruto de poner en marcha ciertas medidas de prevención, que permitan convivir con el virus en un entorno sanitariamente seguro, hasta que no dispongamos de la vacuna, y con tranquilidad, al conocer todas las personas la efectividad de esas medidas. Pero por las actuaciones de la OMS y de parte de los gobiernos y autoridades, da la impresión de que este objetivo les viene demasiado grande. Así que conviene que trabajemos desde otros ángulos, para reconstruir la normalidad.

En Prevención, es imprescindible adquirir un conocimiento amplio y profundo de los peligros que se pretenden mitigar: cómo son, cómo funcionan, cómo se combaten, cómo se tienen bajo control. Sin ese conocimiento del SARS-CoV-2, estamos perdidos y no podemos hacer nada.

Se apela con demasiada frecuencia a que “esto es nuevo, nadie sabe nada y nadie sabe cómo hay que gestionarlo”. Y es una gran mentira. Parece que esa afirmación manifiesta una gran ignorancia, arrogancia e insolidaridad, además de una desconsideración a las personas que llevan décadas trabajando en este terreno. El sudeste asiático y otras partes del mundo vienen siendo golpeados por epidemias que han exigido lo mejor de muchos profesionales: el SARS en 2003, la Gripe Aviar ó H5N1 en 2007, la Gripe Porcina ó H1N1 en 2009, el MERS en 2013, expansión del Ébola en 2014 y en 2019 el SARS-CoV-2, por no hablar de lo muchísimo trabajado en el VIH. El SARS-CoV-2 tiene grandes similitudes con el SARS del 2003. En estos 17 años, buenos profesionales a nivel mundial han elaborado una cantidad ingente de información al respecto, que está disponible a través de internet. De todo esto, se sabe y mucho, para aplicarlo directamente en prevención. Y en Valuegensys.es hemos adquirido y sintetizado lo más relevante de ese conocimiento, para desarrollar una prevención efectiva.

En el ámbito de la Prevención, no es necesario realizar 100 experimentos más, en los que se contagien 1000 personas en lugares cerrados, sin ventilación, al exponerlos a aerosoles con carga vírica del SARS-CoV-2, que parece que es la evidencia que piden algunos técnicos de la OMS. Conocemos y están bien documentados varios casos reales de contagio por esta vía, algunos de ellos incluso en la CDC china y en Corea del Sur. Se dispone incluso de algunas simulaciones realizadas en condiciones válidas. Si a todos ellos se les aplica microbiología básica y física de fluidos básica, se llega a conclusiones razonadas y razonables bastante claras. Y esto es lo que persigue la prevención: evitar situaciones graves y probables, mediante medidas sensatas y razonables, basadas en datos científicos, reales y razonados.

El virus se comporta siguiendo las leyes microbiológicas que le corresponden. No se reproduce en el aire, ni encima de las superficies, ni hace cosas mágicas. El virus necesita una célula para reproducirse. Salta de persona a persona. Por lo tanto, hay que impedir que “salte” en cada persona y quien únicamente puede frenarlo es cada persona.

Cuando una persona está infectada, o parece que está infectada y puede contagiar a los demás, hay que ayudarla inmediatamente, aunque sólo sea por humanidad, por las posibles consecuencias para esa persona e impedir que contagie a los que estén a su alrededor.

Hay suficiente información sobre la viabilidad del SARS-CoV-2 en diversas circunstancias de temperatura-humedad, diversos materiales, permanencia en el aire, conocimientos de aerodinámica para determinar cómo se desplaza en el aire, estudios sobre proliferación en sistemas de climatización, materiales que lo retienen o no, como extraerlo de una sala cerrada, etc. Conocimientos que permiten aplicar técnicas que permiten extraer o desactivar la carga vírica que pueda haber en un lugar.

Hay que tener en cuenta lo que requiere cada actividad para que pueda desarrollarse con normalidad, para los clientes, los empleados y las empresas: que el cliente reciba el servicio a su satisfacción, que también lo estén los empleados y que las cuentas de resultados salgan al menos razonables. Un avión al 30% de ocupación, por ejemplo, es una ruina, como casi cualquier establecimiento con una ocupación mucho más baja de lo habitual. Planteamientos que no alcancen los niveles adecuados en las tres variables son, en términos de prevención, inaceptables.

Por último, hay que tener en cuenta las características propias de cada establecimiento y el impacto de las variables principales, que determinan si son necesarias medidas de prevención más o menos exigentes: si en el servicio que se presta es imprescindible o no que el cliente se quite la mascarilla, como por ejemplo un restaurante o bar, en el dentista, en el logopeda, en un gimnasio, etc.; si el tiempo de permanencia de las personas en el lugar es corto, por ejemplo de 5 minutos para una compra rápida o de horas de permanencia; densidad de las personas en el lugar, es decir, personas muy juntas o no, sin poder mantener la distancia social; si por el lugar pasa o no una gran cantidad de personas, es decir, mayor o menor número de posibles portadores del virus; que las personas que vayan a estar presentes sean más o menos vulnerables, es decir, de más edad; que se requiera que las personas presentes tengan que manipular objetos, como por ejemplo en una tienda de ropa; tipo de ventilación del local, bien ventilación natural, con la que no es posible controlar la aportación de aire, bien un sistema de climatización que permita gestionar la evacuación de posible carga vírica.

Estas son las variables que Valuegensys.es ha identificado como claves, para diseñar planes de prevención completos, personalizados y eficaces contra el contagio del SARS-CoV-2, fruto de la reciente experiencia acumulada.

De todo lo anterior, se deriva lo que constituye el núcleo de la metodología de prevención que propone y está implementando Valuegensys.es y cuyas medidas preventivas de aplicación general son las siguientes:

  • Formación básica a toda la población sobre: cómo funciona el SARS-CoV-2; sobre los medios de protección que son válidos y los que no; y sobre los comportamientos necesarios en las diversas circunstancias de la vida ordinaria, tales como en casa, en la calle, al ir de compras, en un restaurante o bar, en reuniones de personas, en el transporte, en el trabajo, etc. Es cada persona quien debe conocer el virus y dominarlo. Esta formación ha de dispensarse en formatos adaptados a los diferentes tipos de público, con un contenido lo más sencillo posible y a través del medio más eficaz. En la plataforma valuegensys.es hay disponible un curso online en vídeo, que cubre parte de este fin.
  • Obligatoriedad de usar mascarilla y protector ocular para toda la población, salvo niños pequeños y personas impedidas, casi en todo lugar y casi en todo momento, excepto cuando sea imprescindible quitárselos. Y a falta de obligatoriedad por orden administrativa, conveniencia de su aplicación en el interior de cada empresa.

Conviene descansar de llevar la mascarilla a intervalos, pero hacerlo en condiciones seguras, en el exterior o en una ventana, sin nadie cerca. Es bastante absurdo el planteamiento de que con los familiares y amigos (ahora se ha puesto de moda llamarlos “convivientes” porque no se sabe si sí o no o todo lo contrario), no hace falta llevar la mascarilla. Las personas pueden salir de casa, exponerse a carga vírica, infectarse sin saberlo, ser asintomáticas y volver a casa con un regalo maldito. ¿Quién en su sano juicio quiere hacer daño a sus familiares y amigos? Nadie. Por eso es crítica la formación básica a toda la población y, a la luz de la forma de actuar de unos pocos jóvenes últimamente, con un lenguaje adaptado a cada colectivo, a través de los medios adecuados, incluso los social media.

Diversos organismos nacionales e internacionales nos tienen confundidos en este apartado. Que quede bien claro que la realidad es que las mascarillas caseras NO protegen de que te contagies, las de algodón TAMPOCO, las higiénicas TAMPOCO, las quirúrgicas TAMPOCO. Solamente te protegen de que te contagies las mascarillas autofiltrantes (respirator en inglés) que en nomenclatura europea son las FFP2 ó FFP3 y sus equivalentes en nomenclatura de otros países (KN95, N95, P95, etc.).

En lugares donde se disponga de un sistema de climatización, con gestión de aportación de aire externo, gestión de recirculación y gestión de extracción mecánica de aire en los que, después de estudiar el sistema y el tráfico de personas, se verifique que garantiza la evacuación de toda posible carga vírica, será sanitariamente seguro estar sin mascarilla, en términos de prevención. Caso contrario, el uso de mascarilla debe ser obligatorio. En establecimientos donde haya que quitarse la mascarilla, es clave el análisis de los sistemas de filtrado de aire, el aumento de la ventilación y la recirculación con filtrado previo eficiente, con filtros tipo HEPA o ULPA, que filtran por encima del 99% de las partículas de tamaño igual o superior a las 0,3 micras y son eficaces con gotículas grandes y pequeñas.

  • Impedir que el virus acceda a cualquier instalación sin control, para lo que es necesario realizar controles de acceso a las personas a la entrada de ciertos establecimientos y para ciertos servicios. La posición maximalista de los detractores de esta medida que dicen “es que pasarán el control personas asintomáticas” pone en evidencia su desconocimiento de prevención: no se trata de que no se cuele nadie, sino de disminuir lo más posible la carga vírica entrante. A menor carga vírica en el interior, serán necesarias medidas de prevención menos severas.

Las personas debemos declarar a la entrada si hemos tenido comportamientos de riesgo recientemente, para discernir si conviene que nos observemos con mayor atención o adoptemos medidas de prevención suplementarias.

En este contexto, es evidente la necesidad de que cualquier persona que acceda a un país, por cualquier vía, se haya realizado muy recientemente una prueba y que acredite que no está en fase de contagio. Como también que los medios de transporte públicos utilizados den garantía de operar sistemas de prevención eficaces. Los resultados de los países que llevan a cabo esta medida son bastante elocuentes.

  • Una vez frenado en la entrada el acceso de buena parte del virus, cada establecimiento o empresa ha de estudiar cómo aplican las variables principales enumeradas anteriormente a su actividad, evaluar sus riesgos, diseñar las medidas de prevención que los mitiguen en todas las posibles circunstancias, confeccionar con ellas su plan de prevención personalizado, implementarlo y formar a su personal para que lo cumpla y lo haga cumplir. Como ya hemos comentado, el capítulo de ventilación es de una importancia extrema en todos los casos. Aquí es donde Valuegensys aporta su know-how, formando a las personas que tengan el encargo de analizar los riesgos, determinar todas las medidas preventivas, formar al personal y desplegar el plan.
  • También es necesario que cada establecimiento o empresa publique su plan de prevención y haga llegar a sus clientes y proveedores las medidas de protección y comportamientos que se les van a pedir para realizar el servicio. Si esta comunicación es acertada y transmite la eficacia del sistema, logrará que los clientes (y los proveedores) se sientan sanitariamente seguros y con tranquilidad, favoreciendo que quieran operar con esa empresa e impulsando la recuperación del negocio.
  • Revisión y refuerzo de los planes de limpieza, parte de los cuales han de convertirse en procesos de desinfección, con un nivel de exigencia y de periodicidad superior, que garantice la eliminación de cualquier posible y remota carga vírica que pudiera estar presente, en función de los tráficos del lugar. En según qué lugares, habrá que aplicar un nivel propio de entornos hospitalarios.
  • Desarrollo en la población de una cultura de auto-protección y de protección a los demás. O si se prefiere, una cultura de vigilancia de todos a favor de todos. Cuando te has formado en los peligros que supone la posible presencia del SARS-CoV-2, en cómo combatirlo y cómo explicar ambas cosas, la tolerancia hacia las personas que no respetan las reglas desaparece, en favor de la salud propia y de los demás.
  • Hay que apelar a la responsabilidad de los ciudadanos como tales, para que tengan los comportamientos que se les pide y esto es eficaz en un porcentaje alto de la población. Sin embargo, es infantil no definir y poner en marcha ciertas medidas coercitivas, para aplicarlas con firmeza, cuando sea necesario hacer cumplir las normas que nos hemos dado.
  • Una persona en fase de contagio, lo sepa o no, es una bomba bacteriológica andante y puede terminar donde no quiere. Es imprescindible establecer mecanismos en todos los lugares, para que cualquier persona, con la formación anterior, detecte un posible caso sospechoso, lo comunique y colabore en ayudarle de forma inmediata. También es necesario el posible rastreo inmediato de contactos de la persona sospechosa y su eventual cuarentena. Es importante que quede claro que no se trata de controlar a las personas sino de controlar, en todo caso, al virus y ayudar a que las personas se liberen de él.
  • La gestión de cualquier sistema de prevención requiere medir los resultados alcanzados y comprobar si ha sido eficaz. Conviene por tanto registrar e informar de los casos conocidos detectados a la entrada y de los casos aislados en el interior de cada entidad, sea esta un establecimiento, una empresa o una ciudad. Información que interesa exponer a toda persona relacionada con cada entidad.

Todos estos principios, los adapta Valuegensys.es con bastante rapidez a la realidad de cada empresa, municipio y comunidad y ayuda a materializarlos y poner en marcha un sistema de prevención completo y eficaz, con lo que esperamos contribuir con nuestro grano de área a superar esta pandemia en la que nos ha tocado vivir.

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